2 may 2017

Vancouver y el cautiverio de cetáceos

El año pasado, dos belugas (Aurora y su cría Qila) morían en el acuario de Vancouver a causa de una toxina presente en el agua. Tras esto, la presión animalista comenzó a pedir el cierre del parque llegando actualmente a la noticia de que se va a prohibir el mantenimiento de cetáceos en cautiverio en la ciudad de Vancouver. Esto supone un gran problema no solo para las belugas, delfines y marsopas que viven en el parque, sino también para las poblaciones salvajes que viven en la costa de Canadá y los proyectos de investigación.

Beluga en el acuario de Vancouver
El acuario de Vancouver es uno de los más importantes del mundo, colabora en una gran cantidad de investigaciones y su centro tiene un gran éxito en el rescate de mamíferos marinos, siendo uno de los mayores centros de rescate que existen y el único especializado en mamíferos marinos que hay en Canadá. El acuario había anunciado recientemente una ampliación y mejora en sus instalaciones de belugas que estaría lista para 2019 pero ahora se enfrentan a un gran problema y es que después de una votación, se ha decidido prohibir mantener cetáceos cautivos en Vancouver.

Hasta ahora, si en la costa de Canadá se encontraba un mamífero marino herido con posibilidades de sobrevivir, este era enviado al centro de rescate del acuario de Vancouver en donde se llevaba a cabo una rehabilitación y posteriormente era liberado o permanecía en ese u otro acuario en caso de no poder volver al mar. Pero de ahora en adelante, la nueva ley que impide el cautiverio de cetáceos en Vancouver supone sentencia de muerte para cualquier cetáceo que se encuentre herido en la costa de Canadá ya que no existe otro centro de rescate para estos animales en todo el país.

Marsopa común en el acuario de Vancouver

Además de esto, el acuario de Vancouver colabora de forma muy activa en proyectos de investigación con sus mamíferos marinos (especialmente con las belugas). Estos proyectos ahora tendrán que ser cancelados y como consecuencia de ello, no se verá sus efectos en poblaciones salvajes.

Aunque al tratarse de una ley y no de una decisión tomada por el parque, la situación puede cambiar a lo largo de los años, este es un ejemplo de como una decisión tomada sin conocimiento y pensando solo en la moral personal y no el bienestar animal trae consecuencias muy graves para los animales.

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