Ver bajo el agua resulta complicado, los animales que viven en el agua se han adaptado a esto desarrollando un sistema sensorial que les permite detectar el movimiento en el agua como en el caso de los peces o un sistema de ecolocalización como han hecho los cetáceos dentados.
Es importante el dato de los cetáceos dentados ya que hay quienes creen que la ecolozalicación la tienen todos los cetáceos y no es así, solo aquellos que tienen dientes y eso es debido a que su mandíbula tiene un papel clave en el proceso de ecolocalizar:
Todo comienza en el espiráculo, el agujero que se encuentra en la cabeza de los cetáceos. Estos animales emiten sonidos (chasquidos, silvidos...) a través del espiráculo.
A la hora de ecolocalizar, lo que emiten son una serie de chasquidos cortos y seguidos. El melón que tienen sobre la cabeza les ayuda a mandar los sonidos de forma más amplificada.
El sonido navega a través del agua, cada vez que llega a un objeto o animal, rebota y vuelve al cetáceo a través de la mandíbula (de ahí que solo los cetáceos dentados tengan esta capacidad)
De la mandíbula pasa al cerebro ofreciendo al cetáceo una imagen de todo lo que le rodea.
Este vídeo es un ejemplo de lo que pueden lograr gracias a la ecolocalización, en este caso el delfín es capaz de ver lo que hay dentro de una caja:
Este otro vídeo muestra cómo es todo el proceso de la ecolocalización en delfines:
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