"Beggar", el delfín al que todos mataron

"Beggar" significa mendigo en inglés y es el nombre que se le puso a un ejemplar adulto de delfín mular que vivía en la costa de Florida (EE.UU). Hay una razón para ese nombre y es que Beggar se acercaba a diario a las embarcaciones de la zona para mendigar algo de comida. Parecía gracioso, divertido y hermoso ver a un delfín salvaje tan cerca y poder darle comida pero la verdad es que aquello lo condenó a muerte.

Beggar acercándose a una barca

Beggar tenía unos 20 años cuando fue encontrado muerto en septiembre del 2012 y a pesar de su avanzada edad no era un delfín sano. La causa de su muerte nunca se llegó a saber al 100%, parece que fue una mezcla de todo: Tenía varios huesos dañados probablemente a causa de golpes contra barcos, tenía tres anzuelos en su estómago así como hilo de pescar y estaba deshidratado. Los delfines se hidratan a través de los peces que cazan, al alimentarse del pescado muerto que le daban los turistas, Beggar no obtenía los nutrientes que su cuerpo necesitaba.

Un delfín mular adulto como Beggar suele alcanzar los 250 o hasta 300 kilos, sin embargo al momento de morir, Beggar apenas pesaba unos 130 kilos. Se ha llegado a ver gente que lo alimentaba con patatas fritas, manzanas y naranjas y se tienen registros de hasta 121 personas que trataron de acariciarlo, 9 de ellas acabaron recibiendo un mordisco.

Beggar era un delfín muy conocido en Florida, es el delfín salvaje en el que más estudios se han realizado dada su cercanía con la gente y por lo tanto la facilidad de observarlo. Aunque su nombre más conocido era "Beggar" lo cierto es que cada uno lo llamaba como quería, incluso su historia variaba entre la gente: había quienes creían que era un delfín que había sido rescatado y reintroducido, otros que había escapado de la marina de Estados Unidos... en fin, mil orígenes distintos, ninguno confirmado.

A pesar de los intentos de la NOAA para evitar que la gente alimentara y acariciara al delfín, esta situación se repetía día tras día hasta que acabó probocándole la muerte. Hoy en día, Beggar debe servirnos de ejemplo sobre por qué razón no debemos alimentar ni tratar de interaccionar de ninguna manera con delfines y otros animales salvajes en libertad.

Fuentes: National Geographic, Livescience y Sarasota Magazine